Cuando todo pesa, y sientes que todo te sobrepasa.
Cuando sientes que la vida pasa mientras tu solo la miras por una pequeña rendija.
Cuando sientas que te falta el aire, hasta el punto en que incluso te cuesta respirar.
Cuando las fuerzas te flaquean, y piensas que tu destino está pintado de gris.
Cuando quieras gritar, pero no tienes voz.
Cuando necesitas estar sola pero a la vez un abrazo.
Cuando solo quieres llorar, pero ya no te quedan lágrimas.
Cuando más necesitas una risa, pero te sientes culpable si ríes.
Cuando eres más vulnerable.
Cuando estas tan rota como una muñeca de porcelana, que se ha caído de la estantería, y se ha hecho añicos.
Cuando los planes de venganza pasan por tu mente, pero esa venganza es sobre ti misma.
Cuando ya no puedes más, y llegas a pensar que la solución pasa por acabar con todo lo que te hace sufrir.
Cuando ya has tocado fondo, y no ves la luz.
Cuando lo ves todo negro, y ya no sabes cómo seguir adelante.
Es entonces, cuando más libertad necesitas, y cuando menos te atreves a reclamarla.
Cuando quieras romper con todo, ser libre como esa mariposa que abre sus alas y vuela lejos.
Se libre y grita, salta al vacío, vuelve a reír, recupera tu sonrisa, vuelve a sentirte bien y ser tú, rompe con todas las cadenas.
Se libre, no tengas miedo. Vive la vida, solo hay una, se tu misma, y no dejes que te quiten tu valía.
Se una mariposa, vuela alto, vuela lejos, vuela libre, simplemente vuela.
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