jueves, 28 de noviembre de 2024

Me acuerdo de...



Me acuerdo de Margarita, y de que la mar estaba linda, del viento y de su esencia sutil de azahar. Me acuerdo de aquel cuento del rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha de día, un rebaño de elefantes, un kiosco de malaquita, un manto de tisú, y de su gentil y bonita princesita.

Me acuerdo de aquella tarde que la princesita vio una estrella aparecer, y la quiso ir a coger. Recuerdo que la quería para decorar un prendedor con un verso; una perla; una pluma; y una flor. 

Me acuerdo de que se fue bajo el cielo y sobre el mar a coger la blanca estrella que la hacía suspirar. Me acuerdo de que no tenía el permiso de papá. Y que cuando volvió se veía envuelta en un gran resplandor. 

Me acuerdo que el rey la buscaba y no la hallaba, y que al encontrarla preguntó que se había hecho pues tenía el pecho encendido. Recuerdo que la princesa no mentía y contó que fue a cortar la estrella a la azul inmensidad. Y que el rey enfadado sentenció «¿No he dicho que el azul no has de cortar? El señor se enfadara. Un castigo has de tener. Vuelve al cielo y devuelve lo robado» Me acuerdo que la princesita entristeció por su dulce flor de luz, y que apareciendo Jesús comentó sonriendo «En mis campiñas esa rosa le ofrecí, son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí»

 Me acuerdo de que el rey vistió de pompa brillantes e hizo desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla del mar. Y que la princesita lucia bella pues ya tenía el prendedor en el que lucían la estrella, el verso, la perla, la pluma y la flor. 

Me acuerdo de ti y mí en el salón, tú en el sillón y yo en el suelo y de las horas que podía pasarme oyendo a Rubén Darío. 


Inspirado en el poema de Rubén Darío, Margarita. 

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