Sí me preguntas quién soy

 Sí me preguntas quién soy, te diré que:

Soy la brisa del mar, y el viento de la montaña.

Que por mis venas corre la horchata y el vino.

Que soy un pasacalles a ritmo de Amparito Roca.

Que soy explosiva como la pólvora, y fuerte como la vid.

Que a veces soy furia y otras calma como el mar.

Que mi alma se divide entre fallas y vendimia.

Que soy la alegría de un día de campo o playa.

Que soy hija del mar y la vid.

Que soy castellana vieja, y valenciana moderna.

Que soy la tradición que herede de mis abuelos, y el cariño de mis padres.

Que soy una mezcla de niña y señora.

Que escribo para olvidar, para sanar, para ser feliz.

Que soy cisne que vuela, que antes se creyó patito feo.

Que soy independiente, pero necesito a mí gente cerca.

Que soy todo lo que digo, pero sobretodo lo que callo.

Que si me tratas bien te daré todo lo tengo, todo lo que soy.

Que a base de golpes aprendí el valor de ser diferente.

Que soy calma y tempestad en un mismo instante, en un mismo ser.

Que soy paciencia, amor y perseverancia.

Que soy música, libros, el aroma a chocolate con churros y un buen vino.

Que soy como una balada; dulce, romántica y apasionada.

Que soy como la nieve que cae durante el invierno; pura, fría, blanca… pero bella si

sabes mirar.

Que soy un intento constante de ser la mejor versión de mí.

Sí me preguntas quién soy, simplemente, te diré que soy yo.

Carta a mi yo niña

 Querida miniyo:  

 

No te voy a mentir la vida no es fácil pequeña, aunque tu ya lo sabes a tu corta edad. No te rindas porque a pesar de las piedras que pueda haber en el camino las cosas mejoraran.  

Aprenderás que hay veces en las que es mejor estar sola; que no merece la pena estar con gente que no valora lo que eres o como eres. Qué en una amistad tiene que haber cariño y respeto por ambas partes. Apartaras gente importante de tu vida, pero créeme a la larga será mejor. No te preocupes por quedarte sin amigos, conocerás nuevas personas que compartirán tus intereses y harás nuevos amigos. Amigos que no te juzgarán, que sí serás de verdad y no te pedirán que hagas cosas que no quieres hacer, que se preocuparan por ti, tus cosas y si estarán cuando necesites ayuda.  

Tampoco te rindas en lo demás aspectos. Tu sigue poniendo empeño y pasión a todo lo que haces, eso es lo que verdaderamente importa cuando haces las cosas, sobre todo si es algo que te gusta.  

 

No desesperes pequeña, que, aunque todo parezca gris los colores siempre acaban saliendo. La vida son etapas, ahora no lo creas, pero luego recordaras más las cosas buenas que las malas. Se que piensas que hay más malas que buenas, verás que por cada mala hay una buena esperándote; y que la vida merece la pena ser vivida. Costará, pero aprenderás a quererte. Un día descubrirás que en la vida para poder dar a los demás primero hay que estar bien contigo misma, quererse, valorarse y estar en paz.  

No dejes de escribir nos sigue ayudando a sobre llevar los frentes.  

 

Se fuerte mi niña, no dejes de soñar y se muy feliz.  

TÚ

 Escuche una vez que de pequeños estamos contigo porque es lo que vivimos en casa; y que luego de mayores un día realmente te encontramos. Ese es un verdadero punto de inflexión entre lo que nos han inculcado y nuestra creencia real.  

Habrá gente que no comparta esta opinión, y cómo toda opinión es completamente valida. En lo personal yo sí que la comparto porque lo he experimentado.  

 

Desde pequeña he participado de tus vivencias y claro que creía en ti, pero no fue hasta el día que tuve el sueño cuando logré comprender aquella frase y supe la razón que tenía. En el sueño venías a sentarte junto a mí, no parecías tú, llevabas ropa del XII, y no te reconocí hasta que me dijiste: «No importa el tiempo que has pasado alejada. Tampoco que ahora tengas dudas, o creas que te he abandonado. Yo siempre estaré ahí, esperándote; para que vuelvas cuando estés lista» Tras despertar sentí calidez dentro de mí, esa que siente cuando abrazar a alguien querido. Esa sensación me acompañó todo el día, y supe entonces que eras tú. Quise volver de inmediato, pero me daba miedo volver alejarme, pues me gustaba esa sensación, me hace sentir una especie de felicidad. Decidí apuntarme al coro, así con la excusa de cantar que como sabes me hace sentir tan bien me ayudaría a ir poco a poco, pasito a pasito. Funcionó, aquí sigo, cada día más convencida de que hice una buena elección. La JMJ también tuvo mucho que ver en ese proceso, la sensación de amor, paz y esa calidez que sentí tras el sueño fue constante durante toda esa semana en Portugal, haciéndome confirmar que realmente merecía la pena.  

 

Gracias, Señor por regalarme aquel momento, y disculpa si alguna vez dude di Ti, y por todas las dudas que pueda tener en el futuro.  

Me acuerdo de...

Me acuerdo de Margarita, y de que la mar estaba linda, del viento y de su esencia sutil de azahar. Me acuerdo de aquel cuento del rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha de día, un rebaño de elefantes, un kiosco de malaquita, un manto de tisú, y de su gentil y bonita princesita.

Me acuerdo de aquella tarde que la princesita vio una estrella aparecer, y la quiso ir a coger. Recuerdo que la quería para decorar un prendedor con un verso; una perla; una pluma; y una flor. 

Me acuerdo de que se fue bajo el cielo y sobre el mar a coger la blanca estrella que la hacía suspirar. Me acuerdo de que no tenía el permiso de papá. Y que cuando volvió se veía envuelta en un gran resplandor. 

Me acuerdo que el rey la buscaba y no la hallaba, y que al encontrarla preguntó que se había hecho pues tenía el pecho encendido. Recuerdo que la princesa no mentía y contó que fue a cortar la estrella a la azul inmensidad. Y que el rey enfadado sentenció «¿No he dicho que el azul no has de cortar? El señor se enfadara. Un castigo has de tener. Vuelve al cielo y devuelve lo robado» Me acuerdo que la princesita entristeció por su dulce flor de luz, y que apareciendo Jesús comentó sonriendo «En mis campiñas esa rosa le ofrecí, son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí»

 Me acuerdo de que el rey vistió de pompa brillantes e hizo desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla del mar. Y que la princesita lucia bella pues ya tenía el prendedor en el que lucían la estrella, el verso, la perla, la pluma y la flor. 

Me acuerdo de ti y mí en el salón, tú en el sillón y yo en el suelo y de las horas que podía pasarme oyendo a Rubén Darío. 

Inspirado en el poema de Rubén Darío, Margarita. 

Un viaje llamado vida.

– Vida deténte un segundo necesito descansar.

– Lo siento pequeño esto no para, una vez inicia el viaje no hay paradas hasta el final de trayecto.

– Pero estoy cansada, son demasiadas emociones. 

– Es lo que hay. Son las condiciones, esto sigue, no para. Tú decides si quieres seguir el ritmo, y si estás dispuesta a pagar el precio. 

– El precio es muy grande.

– Ya sabes lo que hay, decide ¿Sigues o paras? Si paras tal vez te pierdas cosas bonitas que te aguardan en el viaje. 

– ¿Qué tipo de cosas?

– Deberás seguir para saberlo, ¿quieres verlas? 

– Quiero verlas ¿Merecerá la pena? 

– Sólo lo sabrás si lo intentas, si sigues adelante ¿Vienes?

– Voy, espérame, no me dejes atrás. 

Miedo

Tengo miedo de no ser suficiente, de no llegar a cumplir los objetivos marcados. 

Decepcionar a los demás, de no ser lo que lo esperan de mí.  De no ser lo que yo espero de mí.

De desviarme del camino y no saber volver. 

De no cumplir mis sueños.  

De que las personas que quiero se alejan de mí.  

De fallar y equivocarme, e incluso de conseguirlo.

Intento evitarlo, no hacerle caso a esa vocecita que no para de repetir "No puedes" "No lo conseguirás" "¿Realmente le importas?" "No eres suficiente" "Ríndete". 

A veces lo consigo, otras no y puede conmigo, pero no me rindo. Se que aunque me cueste creerlo soy fuerte, y si le pongo ganas podré logarlo.

Libre como Mariposa

 Cuando todo pesa, y sientes que todo te sobrepasa.

Cuando sientes que la vida pasa mientras tu solo la miras por una pequeña rendija.

Cuando sientas que te falta el aire, hasta el punto en que incluso te cuesta respirar.

Cuando las fuerzas te flaquean, y piensas que tu destino está pintado de gris.

 Cuando quieras gritar, pero no tienes voz.

Cuando necesitas estar sola pero a la vez un abrazo.

Cuando solo quieres llorar, pero ya no te quedan lágrimas.

Cuando más necesitas una risa, pero te sientes culpable si ríes.

Cuando eres más vulnerable.

Cuando estas tan rota como una muñeca de porcelana, que se ha caído de la estantería, y se ha hecho añicos.

Cuando los planes de venganza pasan por tu mente, pero esa venganza es sobre ti misma.

Cuando ya no puedes más, y llegas a pensar que la solución pasa por acabar con todo lo que te hace sufrir.

Cuando ya has tocado fondo, y no ves la luz. 

Cuando lo ves todo negro, y ya no sabes cómo seguir adelante.

Es entonces, cuando más libertad necesitas, y cuando menos te atreves a reclamarla.

Cuando quieras romper con todo, ser libre como esa mariposa que abre sus alas y vuela lejos.

Se libre y grita, salta al vacío, vuelve a reír, recupera tu sonrisa, vuelve a sentirte bien y ser tú, rompe con todas las cadenas.

Se libre, no tengas miedo. Vive la vida, solo hay una, se tu misma, y ​​no dejes que te quiten tu valía.

Se una mariposa, vuela alto, vuela lejos, vuela libre, simplemente vuela.